Los mejillones son de roca, más pequeñitos y más gustosos, una delicia para el paladar.
-La receta no puede ser más sencilla, y puede ser un plato único acompañado de una ensalada o unos entrantes, para los que tienen buen saque.
-INGREDIENTES:
- patatas
- mejillones de roca (si puede ser)
- cebolleta
- pimentón dulce
- vino blanco
- agua
- guindilla (opcional)
- ajos
- perejil
- laurel
- aceite de oliva virgen extra
-PREPARACIÓN:
-En una cazuela ponemos el aceite, la cebolleta muy picadita y cuando empiece a transparentar le añadimos los ajos triturados, dejamos que se poche y añadimos el perejil (si no nos gusta el sabor crudo al final de la preparación), el laurel, y la guindilla, que luego retiraremos para que no pique mucho, solo que le dé este "toque" o "garrote", sin más, rehogamos
-Pelamos las patatas y las partimos rompiéndolas, y se las añadimos, damos unas vueltas para que se integre con el sofrito y añadimos una cucharadita de pimentón, cuidando que no se agarre, pues amargaría.
Entonces le ponemos un buen chorro de vino blanco, cuando empieza a hervir le añadimos el agua, que cubra las patatas y dejamos que cueza unos 20', moviendo de vez en cuando la cazuela si queremos que espese el caldo, añadimos los mejillones, y cuando estén abiertos retiramos del fuego, dejamos reposar uno minutos y servimos.
-El sabor que dan los mejillones, con el líquido que sueltan, es suficiente para no tener que añadir sal, pero bueno, eso va en gustos.
-Un buen vinito, o sidra, o txacolí, o un buen cava rosado, o lo que os de la gana y....
ON EGIN!!!
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